domingo, 7 de junio de 2009

"Terminator: La Salvación" de McG

En 1984 un desconocido director llamado James Cameron estrenó una película de bajo presupuesto que, contra todo pronóstico, se convirtió en uno de los éxitos taquilleros más grandes de la década: su título era "Terminator". En ella, un cyborg enviado desde el futuro por una super-computadora llamada Skynet, llegaba a nuestro presente con la intención de buscar y matar a la madre de John Connor, el hombre que liderará en el futuro a los humanos en guerra contra las máquinas que planean exterminarnos.
Con el correr del tiempo, la popularidad de la película la convirtió en un ícono del cine popular y fantástico, lo que llevó a Cameron a dirigir una secuela de argumento similar varios años después, "T2: Juicio Final", con mucho más presupuesto y mejores efectos especiales, que superó por mucho el éxito de la primera entrega y marcó en forma definitiva el futuro del cine de género.

En ambas películas, se nos presentaba de a ratos y en forma de flashbacks oníricos, el futuro post-apocaliptico donde los humanos sobrevivientes a un holocausto nuclear deben pelear contra el ejército de máquinas controladas por el sistema de computadoras Skynet. Desde entonces, mucho se especuló con realizar un film que desarrollara mejor la visión de ese futuro oscuro, del cual provienen los terminators del título de la saga con su misión de exterminarnos.


Luego de varios años la especulación terminó y en mi opinión personal, puedo decir que la espera valió la pena. El film de McG resulta ser una visión bastante acertada y fiel, quizás un poco más luminosa y menos dominada por las tonalidades negriazules de los flashbacks de Cameron, pero igualmente muy parecida a la que todos imaginamos tras ver las primeras entregas de la ahora tetralogía.
Estaba claro desde el vamos que si se pretendía continuar con la saga, la misma no podía volver a ser una persecución de los personajes de siempre en el presente -idea que la tercera entrega del 2003, "Rebelión de las Máquinas" , junto con la cancelada serie "Las crónicas de Sarah Connor" terminaron por llevar a su agotamiento- por lo que el único camino posible era apuntar hacia el futuro, expandiendo el universo visto en los ya mencionados flashbacks de las películas anteriores.
En "Terminator: La Salvación" el protagonismo está repartido entre dos personajes: John Connor, líder de los humanos en guerra contras las máquinas robotizadas, interpretado por un acertadísimo Christian Bale, y otro personaje ajeno al resto de la saga llamado Marcus Wright, interpretado muy bien por Sam Worthington, quien guarda un secreto cuya incidencia será decisiva en el desenlace de la trama.

La historia en si misma funciona como un motor para mostrar escenas de acción y batallas espectacularmente filmadas, con una correctísima aplicación de los efectos digitales casi desde el primer minuto de metraje, ambos campos en los que el director es un especialista consumado.

Lo curioso es que, irónicamente, ese acierto es para mi su punto más flojo; McG se tomó demasiado tiempo en el desarrollo de la acción, que es casi constante y adrenalínica, pero al costo de olvidar casi por completo darle un perfil de mayor interés a los personajes, que no emocionan ni resultan tan competentes de cara al público como los de las películas que dirigió Cameron. Así, escenas como la relación de Connor con su esposa o su encuentro con un muy jóven Kyle Reese -quien por paradojas del viaje en el tiempo será su progenitor en el pasado- no tienen la emotividad necesaria ni pegan en el espectador con la fuerza con la que deberían hacerlo. Quizás sea por ello que el guión, cada vez que puede, hace alguna referencia-homenaje a las películas anteriores no faltando las recordadas "Ven conmigo si quieres vivir" o "Volveré!", más alguna secuencia sorpresa cerca del final, que apelan a la memoria emocional de los espectadores mas fieles a la saga.

Más allá de todo, y con sus pros y sus contras, "Terminator: La Salvación" resulta un producto fílmico absolutamente aceptable y respetuoso con sus raíces, que si bien no llega a alcanzar las cotas de emotividad de las dos primeras entregas -cosa que uno intuye a estas alturas, imposible- es altísimamente probable que deje satisfechos a la mayoría del público, tanto al seguidor como aquel que solo busca pasar un buen rato frente a una pantalla.

Puntaje: 7/10

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