viernes, 31 de julio de 2009

"El Espíritu" (The Spirit) de Frank Miller

Haciendo un poco de historia; "El Espíritu" es un héroe bastante humanizado, un ex-policía muerto en acción llamado Denny Colt, que por un extraño experimento científico vuelve a la vida con un único superpoder que es la capacidad de regenerar sus heridas en cuestión de minutos. Respaldado por la policía de la ciudad en la que lucha -Central City- jura defenderla de todo criminal.

"El Espíritu" fue creado por Will Eisner en los años 40, quien años después se convertiría en mentor de Frank Miller, uno de los mitos vivientes del mundo de la novela gráfica actual.
Durante años se habló de realizar una versión fílmica de esta obra que, hoy en día y por una cantidad de factores, está considerada entre las más influyentes del mundo del comic. Finalmente, el mismísimo Frank Miller tomó las riendas de la dirección por primera vez, posiblemente respaldado por el enorme éxito de "Sin City" y "300" dos de sus obras llevadas al cine por Robert Rodriguez y Zack Snyder hace pocos años. Desde lo estético "El Espíritu" se parece a ambas; viñetas y cuadros de comic trasladados al celuloide convirtiendose prácticamente en una historieta en movimiento. Desde ese aspecto no hay mucho que objetar, ya que la puesta en escena desde lo visual tiene un nivel de calidad y aceptación por parte del público que poco se puede discutir.

Sin embargo, donde "El Espíritu" fracasa es en su desarrollo. La historia que plantea es absolutamente lineal y monótona. La casi nula fuerza de sus diálogos, asi como los pesados monólogos de su protagonista, sumados a los de su antagonista y villano, el Sr. Octopus -interpretado por un Samuel L. Jackson que bordea el ridículo, sobrecargado y cambiando de atuendo más que una modelo- hacen que rápidamente se vaya abriendo una enorme brecha en cuanto a su funcionalidad como entretenimiento comparada con sus antecesoras más directas; "Sin City" y "300".
El sex appeal del héroe protagonista, gracias al cual logra que las féminas caigan a sus pies con solo una mirada, puede lucir bien en el papel, pero tal como está concebido en la película resulta empalagoso y exagerado y solo sirve como excusa para el lucimiento de las formas corpóreas de las protagonistas del film. Así, desfilan frente a nosotros las curvas de Paz Vega -la más desperdiciada y accesoria de todas las actrices del reparto-, de Scarlett Johansson -mucho menos sensual que de costumbre y por ende igual de desperdiciada- y de Eva Mendes, la que sin lugar a dudas mejor supo aprovechar el enorme magnetismo sexual de su imagen (basta ver la foto que acompaña este artículo para comprobarlo).

Sin embargo, ni este regodeo en la exaltación de la belleza y sensualidad de sus actrices protagonistas, logran hacer olvidar el lento y aburrido desarrollo de toda la trama, salpicada de un humor extremadamente naif y poco efectivo y de unas secuencias de acción demasiado breves y aburridas.
La interpretación del casi desconocido Gabriel Macht como el héroe del título, si bien es aceptable, tampoco destaca en ningún sentido y hasta deja la sensación de que había actores mejores para realizar el papel.
Lamentablemente para Miller, su introducción al mundo de la dirección cinematográfica ha quedado signada por el fracaso, y aunque no deja dudas sobre su enorme capacidad para el diseño y la novelización gráfica, queda en claro que todo ese conocimiento por si solo no basta para llevar un comic clásico a la pantalla con éxito.
Puntaje: 3/10

miércoles, 29 de julio de 2009

"Dr.Bisturí" (Dr.Giggles,1992) de Manny Coto

A comienzos de la década de 1990 la editora norteamericana Dark Horse publicaba "Dr. Giggles", un curioso comic de terror que se convertiría inesperadamente en un éxito de ventas por esa época. En 1992 los estudios Universal intentaron volver al ruedo de los asesinos seriales adaptando al cine la publicación de la Dark Horse, dirigida por el poco conocido Manny Coto y producida por la misma editora.

La película -que en casi toda America Latina se conoció como "Dr. Bisturí"- al igual que el comic, se centran en las andanzas del siniestro doctor Evan Randell Jr. (Larry Drake) cuya vocación por la medicina se vió frustrada en su niñez al ver como su enloquecido padre y también médico, asesinaba a sus pacientes intentando encontrar una forma de salvar la vida de su moribunda esposa. Randell Jr., ahora conocido como Dr. Giggles, termina encerrado en un manicomio durante varios años. Pero tras una sangrienta fuga logra volver a la pequeña ciudad de Moorehigh lugar donde su padre ejercía la medicina. Una vez allí inicia una sangrienta venganza contra sus pobladores a los que culpa por la destrucción de su familia.
Historia de terror bastante típica de los slashers mas tradicionales, con un asesino maniático y casi indestructible que usa sus conocimientos en medicina e instrumentos como herramientas para torturar y matar a sus víctimas. No innova prácticamente en nada sino que, muy por el contrario, basta ver su primera media hora para notar que más allá de la fidelidad que pueda tener con respecto al comic en el que se basa, su propuesta bebe de infinidad de fuentes del género.

Manny Coto dirigió de forma muy impersonal todo el asunto y de a ratos hasta deja la sensación que intentó imitar el estilo visual de otros directores especialistas del género como Wes Craven o Sam Raimi, dando lugar a una combinación que, vistos los resultados, no dió del todo sus frutos.
Larry Drake, actor que se hizo bastante conocido en esa época por su papel de retrasado mental en la serie "La ley de Los Angeles", le aporta sus rasgos siniestros al malvado doctor asesino, pero más allá de su porte físico y el humor negro de sus chistes al momento de ejecutar a sus víctimas, su interpretación no escapa a las convenciones de este tipo de personajes. 


A pesar de todos sus peros, hay que reconocer que la película tiene sus momentos; algunas muertes resultan bastante logradas desde lo visual y ciertas secuencias -como la de un niño saliendo del interior de un cadáver- tienen buen nivel de impacto.

La película resultó un fracaso en taquillas lo que hizo que los planes de la Universal y la Dark Horse para iniciar una nueva saga de terror al estilo de "Martes 13" o "Halloween" se derrumbaran.
Se puede decir que "Dr. Bisturí" fue un raro intento por volver al viejo cine ochentero de terror basado en asesinos seriales en plena década de 1990. Pero le faltó tanto la inspiración como mayor empeño para mostrar algo más novedoso que lo que se venía viendo desde comienzos de los años 80.
Puntaje: 5/10

Otra remake: "Pesadilla: En lo profundo de la noche" sin Robert Englund y para el 2010

Pues si señores.
Hace pocos meses vimos la resurrección de Jason Vorhees en la nueva versión de "Viernes 13" dirigida por Marcus Nispel. No era descabellado pensar que sucedería lo mismo con Freddy Kruger quien posiblemente sea, junto con el enmascarado Jason, uno de los personajes más emblemáticos del cine terrorífico ochentero.

En este renacimiento la nueva encarnación de Kruger estará a cargo de Jackie Earle Haley sustituyendo al ya veterano Robert Englund. A Haley lo pudimos ver hace poco en "Watchmen" de Zack Snyder, interpretando el papel del enigmático Rorschach.
Básicamente el mecanismo del film será una copia del original; un grupo de adolescentes comparten la misma pesadilla sobre un hombre de sombrero y afiladas cuchillas en sus dedos que los persigue para matarlos. Las muertes en la vida real no tardarán en comenzar y solo ellos creen que el misterioso personaje de sus pesadillas es el causante de las mismas.

Es de suponer que los avances técnicos en la materia mejorarán la calidad de los efectos especiales, más allá de que como todos sabemos, ello no asegura que esta actualización funcione igual o mejor que la versión de 1984, que en muchos aspectos ha quedado algo anticuada y poco efectiva a la hora de producir miedo.
El remake será dirigido por el debutante Samuel Bayer, especialista en videoclips, y su estreno en salas de Estados Unidos está previsto para el 16 de abril del 2010.
Veremos que sale de todo esto.

sábado, 25 de julio de 2009

Se viene "El juego del Miedo 6" (Saw 6)

Se podría decir que era inevitable.
La última entrega de la saga "El juego del Miedo" no ofrecía nada nuevo con respecto a las anteriores. De todas formas, ya tiene una legión de fans a los que poco les importa si lo que se les ofrece es lo mismo o no, o que de hecho, espera volver a ver lo mismo una y otra vez con mínimas variantes, lo que garantiza su éxito y una pronta recuperación de costos para sus productores.

La sexta entrega de la saga "Saw" será dirigida por Kevin Greutert, cuyo único título "relevante" como director, por decirlo de alguna manera, fue la continuación de "George de la Selva" de la Disney. El reparto estará encabezado por Tobin Bell, quien vuelve a interpretar al despiadado Jigsaw, personaje que no parece morir nunca, junto a Shawnee Smith y Costas Mandylor que también repiten sus papeles de las últimas entregas.

Su estreno para los Estados Unidos está previsto para Halloween de este año.
En cuanto a Uruguay no hay fecha de estreno aún, y hasta es posible que salga editada directo en dvd.

lunes, 20 de julio de 2009

"El color del crimen" (Freedomland) Joe Roth

Film basado en un hecho real acaecido en 1999 en un barrio predominantemente negro de New Jersey, en el que una mujer blanca (Julianne Moore) denuncia a la policia el secuestro de su hijo por parte de un hombre de color de dudosa descripción, lo que lleva al departamento de policia a imponer un sitio a todo el barrio en busca del chico. Esto levanta los odios de la comunidad negra que ve como muchos de sus derechos civiles son violados por parte de la policía que levanta un operativo de una inusitada magnitud nunca alcanzada cuando la víctima de crímenes similares es negra. El inspector Lorenzo Council (Samuel L. Jackson) debe llegar a la verdad del caso, enfrentando los odios de su propia comunidad y la arrogancia del sistema policial al cual representa.

Drama humano de enorme fuerza y actualidad, que prometía una impresionante película de antemano. Lamentablemente "El color del crimen" no alcanza ni la fuerza ni el impacto emocional que el hecho real transmite. Su desarrollo peca de una lentitud cansina que intenta derivarse e ir en demasiadas direcciones con su fracturada narración, que reposa demasiado en el peso de sus intérpretes -sobre todo en Samuel L. Jackson- pero cuyo resultado final termina decepcionando por donde se le mire. La dramática actuación de Julianne Moore, si bien resulta efectiva en los primeros minutos, termina alcanzando niveles de histerismo tales que, aunque comprensibles quizás en el personaje real al cual interpreta, en la película resultan demasiado excesivos y poco convincentes.

El guión de Richard Price, autor del libro que describe los hechos originales, no ayuda para nada tampoco, pero quien quizás tenga la máxima responsabilidad del fracaso es su director, Joe Roth, quien filma secuencia tras secuencia sin ninguna fuerza y de forma absolutamente impersonal, siendo incapaz de imaginarse en esas situaciones a él mismo o a sus propios protagonistas. La falta de fluidez y la suma de una cantidad de escenas que parecen más accesorias que otra cosa -sobre todo las del final, que además llega demasiado demorado- hacen que en poco rato el espectador pierda el interés en lo que está sucediendo.

Una película que, a priori, planteaba una interesante combinación de thriller con denuncia social, pero que por todo lo ya expuesto termina quedándose en el debe en cualquiera de los dos géneros.

Puntaje: 4/10

viernes, 17 de julio de 2009

"Los Extraños" (The Strangers) de Bryan Bertino

"Basada en hechos reales". Este es el reclamo publicitario con el que desde hace bastante tiempo, el cine comercial -y sobretodo el hollywoodense- pretende darle a sus productos un aura de mayor fundamento a argumentos de casi todos los géneros con el único fin de atraer la curiosidad de un potencial público.

"Los Extraños" viene a formar parte de esta seudo-corriente de películas de corte o base "realista" en la cual se nos narra la historia de una jóven pareja -interpretada por Liv Tyler y Scott Speedman- que tras una pelea típica de amantes descubren que su casa está siendo asediada por un trío de enmascarados cuyas intenciones, aunque se presumen siniestras, no son muy claras.

Según el debutante director Bryan Bertino, también autor del guión, quedó tan impactado por la noticia sobre un hecho similar ocurrido a principios de ésta década que se sintió motivado a trasladarlo a su manera a la pantalla. Es imposible saber exactamente que fué lo que Bertino tomó o no del hecho real, pero si uno la empieza a ver sin saber nada de ella lo más probable es que piense que se equivocó de película. La primera media hora parece sacada de un film de temática completamente distinta. El director se demora bastante en presentar a su pareja protagonista, como buscando darle una dimensión que no los deje como meros personajes huecos, valiéndose para ello de elementos propios del drama romántico más allá de que el mismo no tendrá mayor desarrollo pasado ese período y nula relación con lo que sucederá después.

Terminado este segmento inicial comienza el terror propiamente dicho, con una escalada de hechos escalofriantes que empiezan con simples golpes a la puerta hasta la violencia más explícita contra los protagonistas por parte de los ya mencionados enmascarados, que no parecen tener otro objetivo más que divertirse con el miedo y el dolor de sus víctimas. Es en esta parte que la película cobra vida como vehículo de terror, y ciertamente, es efectiva durante un buen rato, lo que no evita que el argumento recurra con frecuencia a demasiados tópicos del género que hacen que el espectador comience a dudar de la supuesta base real de lo relatado, lo que también atenta contra la credibilidad del argumento en sí. Ello queda patente al momento que recae en exageraciones de todo tipo en busca de generar impacto, tales como la capacidad de los amenazantes visitantes de adivinar de antemano todos los movimientos de sus víctimas o poseer un poder de omnipresencia que desafía hasta al espectador más crédulo, con apariciones y desapariciones que solo mediante un dispositivo teletransportador serían posibles.

El final tampoco escapa de lo ya mil veces visto y como es costumbre del cine de terror más genérico, es totalmente abierto, por lo que la promesa nada velada de una continuación queda latente.

No resulta nada extraño que muchos hayan comparado esta película con la francesa "Ellos" (Ils (2006) ) y en menor medida con "Funny Games" de Michael Haneke, ya que todas tienen en común la gratuidad de su inesperada violencia como marca distintiva. Sin embargo, y más allá de similitudes, el film de Bertino no resulta más entretenido que el primero ni invita a la reflexión en ningún sentido como el segundo. Muy por el contrario,"Los Extraños" es un producto de terror bastante tradicional en casi todos sus aspectos, que aunque cumple de a ratos con su misión de asustar no deja demasiada huella en la memoria del espectador y mucho menos en la de aquel curtido en el género terrorífico que seguramente sentirá un deja vú en los momentos más tópicos de su desarrollo.

Puntaje: 4/10

martes, 14 de julio de 2009

"El Noctámbulo" (2006) de Gabriel Diaz

Curioso producto uruguayo que intenta asomarse a un género con el que habitualmente ni el cine latino americano ni mucho menos el nacional se atreven; el de los superhéroes.

El protagonista es Marcos Andrade (Gabriel Díaz) un joven empleado de una empresa que descubre que su jefe (Sergio Pereira) está detrás de una serie de negocios fraudulentos. Cuando Marcos obtiene pruebas que pueden encerrar a su corrupto jefe, éste asesina a su prometida y luego intenta hacer lo propio con él. Marcos logra escapar y jura venganza por la muerte de su amada, lo que lo llevará convertirse en un oscuro justiciero enmascarado que se hará llamar El Noctámbulo.

La idea de hacer un superhéroe netamente uruguayo no era mala en los papeles. Lamentablemente su ejecución material se quedó en el debe.
Gabriel Díaz, artífice de la idea original, que además de guionizar también lo protagoniza y dirige, denota ser tan conocedor como admirador de los elementos más básicos del género heroico. Uno entiende que motivado por su amor a los héroes de comic con los que creció haya pretendido homenajearlos. Lo que no es demasiado entendible es por qué siendo su héroe de estas latitudes deba tener tantas similitudes con los de otras demasiado lejanas a nuestras realidades culturales. Y creo que es ahí donde Díaz se equivocó al encarar el producto; "El Noctámbulo" intenta lucir demasiado a una suerte de "Batman" pero sin su carisma ni habilidades físicas, combinado con aquel vengador anónimo de la saga "Death Wish" que hiciera tan popular al desaparecido Charles Bronson hace décadas.
El problema es que en esa carrera por querer ser lo que no puede termina no siendo ninguno, y en esa competencia Díaz pierde de vista totalmente la calidad argumental de la historia que nos relata, que resulta tan rutinaria y lineal que hace que el espectador pierda muy rápidamente todo interés en el asunto.
Las actuaciones en general tampoco ayudan demasiado a tomarse en serio la historia. El porte físico de Díaz como protagonista no convence y lo mismo se puede decir de la mayoría de los secundarios. Sergio Pereira es un buen actor, pero aquí como villano aparece tremendamente sobreactuado y sus expresiones de maldad lo emparentan con el peor maloso de las producciones animadas de la Disney.
A favor del producto podría destacar la buena fotografía de Montevideo, que por momentos realmente luce como una ciudad diferente sumada a alguna que otra secuencia de acción resuelta con más gracia que efectividad.

El resultado final de "El Noctámbulo" es un intento que se queda solo en eso, en el intento, que más allá de su valor por querer ser algo fuera de lo común en nuestra incipiente producción cinematográfica posiblemente no deje huella en la historia del cine nacional.

Puntaje: 3/10

lunes, 13 de julio de 2009

Una conversión sin sentido: "Asteroids" al cine

Posiblemente todos aquellos que andan por los treinta y pico y en su juventud gustaban de visitar salas de videojuegos para matar el tiempo gastándose unas cuantas monedas lo recuerden. Para aquellos que no, aquí les hago una breve reseña. En 1979 la empresa estadounidense Atari lanzaba al mercado el que se volvería uno de los juegos de video más emblemáticos de su época. Su título era "Asteroids" y básicamente su mecánica consistía en controlar una nave espacial que debía destruir unos asteroides que moviendose aleatoriamente por la pantalla amenazaban su existencia. El videojuego resultó ser un enorme éxito y fue revolucionario en muchos aspectos; fue uno de los primeros en utilizar un sistema de generación de gráficos por vectores y el primero en permitir al jugador introducir sus iniciales al alcanzar una puntuación máxima.
Evidentemente, una generación entera de millones de aficionados han logrado que su fama haya perdurado hasta nuestros días. Esto es lo único que puede explicar que los estudios Universal hayan comprado los derechos del videojuego para realizar su propia versión cinematográfica.

Quizás esa fama pueda ser su explicación, pero en lo personal no le encuentro suficiente sustento como para justificar una adaptación de este tipo. Vamos, que si las adaptaciones de videojuegos más trabajados argumentalmente y con mas material para ello como "Max Payne" o "Tomb Raider" terminaron ofreciendo espectáculos bastante inferiores en calidad y emociones a sus homónimos infográficos, no sé que se pueda esperar de un juego que pantalla tras pantalla repite su mecanismo, con variaciones prácticamente nulas de una a otra.
El guión de este invento está siendo escrito por Matthew Lopez, quien firmara los guiones de dos de las últimas producciones Disney, "Cuentos que no son cuento" (Bedtimes Stories, 2008) y "La montaña embrujada" (Race to Witch Mountain, 2009) y sin dudas que se tomará su tiempo para escribirlo ya que su estreno está previsto recién para el 2012.

miércoles, 8 de julio de 2009

"Superstición" (Superstition, 1982) de James W. Robertson

"Superstición" forma parte de ese montón de productos terroríficos ochenteros que, por cuestiones meramente comerciales y que poco tienen que ver con su calidad intrínseca, pasan injustamente inadvertidas para la mayoría del público. Y reafirmo lo de injustamente, porque aún aceptando desde el vamos que no se trata de la octava maravilla del género, está varios enteros por encima de productos similares de su misma época.
A comienzos de la década del 80, el cine de terror norteamericano estaba monopolizado por los asesinos seriales enmascarados y por todo tipo de slashers que intentaban copiar la fórmula y mecanismos de otros productos similares exitosos. Así surgieron por doquier clones de "Martes 13", "Halloween" o "Noche de graduación" que además y para peor, iban agotando la idea original en una cadena concatenada de secuelas y más secuelas cada una peor que la anterior.
"Superstición" intentó cambiar un poco el concepto remanido del slasher tradicional sustituyendo al típico asesino de cuchillo o machete en mano por uno de ribetes exclusivamente sobrenaturales.

Básicamente, toda la trama se centra en una vieja y abandonada casa junto a un oscuro lago en la que nadie ha podido permanecer mucho tiempo con vida. Ninguna de las muertes que se han producido en esa casa han tenido explicación, pero hay quienes se las adjudican a una vieja leyenda local; el espíritu satánico de una bruja ahogada 300 años atrás que juró venganza contra todo aquel que se atreva a vivir en esos pagos. Pronto la casa tiene nuevos moradores que comprobarán que la leyenda no es solo un mito pagano.
Ciertamente la historia en sí misma no tiene demasiados elementos originales, pero como dije antes, es un producto bastante más efectivo que muchas producciones terroríficas de la época con mayor presupuesto. La atmósfera de miedo está bien cuidada y junto con la muy efectiva banda sonora de David Gibney son lo mejor de todo el paquete. Las secuencias de sustos, aunque cantadas en su mayoría, funcionan perfectamente bien. Las actuaciones no son nada del otro jueves pero cumplen. 
Tampoco hay grandes nombres en su reparto cosa que por lo general ayuda bastante a hacer más creíble el argumento de este tipo de realizaciones. Quizás la cara más conocida sea la del protagonista, James Houghton, un actor muy popular en la televisión norteamericana de la época y un habitual en muchísimas series televisivas del momento pero cuya carrera nunca llegó a despegar realmente.


El desconocido director James W. Robertson, un técnico especialista en fotografía, no tuvo una carrera destacada como director -solo dirigió un par de títulos menores para televisión- pero su labor aquí fue por demás efectiva y no hay mucho para criticarle en ese aspecto. 

Donde sí encontramos nombres conocidos es en el apartado de la producción ejecutiva; Andrew Vajna y Mario Kassar, dos especialistas que se harían muy populares poco tiempo después al producir éxitos taquilleros como la saga completa de "Terminator" y las tres primeras entregas de "Rambo" entre una cantidad más de producciones populares de los años 80 y 90.
Curiosamente y contra las convenciones del género de su época, no tuvo una secuela a pesar de que su final, inesperado pero totalmente abierto, perfectamente predisponía al espectador a ver una continuación. Jamás se realizó, y ese es otro aspecto que la convierte en algo poco común para su momento.

"Superstición" es un título casi de culto por demás atendible, que colmará las expectativas de cualquier aficionado al cine de terror ochentero o de cualquier otra época. 
Divierte y asusta más allá de sus limitaciones y eso es bastante más de lo que se puede decir de la mayoría de productos de género actuales y de entonces.


Puntaje: 6/10

martes, 7 de julio de 2009

¿Remake de "El Guardaespaldas"? Oh, no!!

Lo que faltaba para llenar el cartón y cantar lotería.
No contentos con estar haciendo remakes innecesarias de películas de los años 80, ahora parece que le empieza a tocar el turno a las de los 90. Según la revista Variety, se estaría preparando una remake de "El Guardaespaldas", película protagonizada por Kevin Costner y la ex-cantante y actual adicta en recuperación, Whitney Huston, cuya interpretación en esta película de 1992 dejó a las claras que lo suyo era cantar y nada más.

Esta nueva versión mantendrá el mismo título pero, supuestamente, cambiará la relación romántica interracial por una de ribetes más infantiles; los protagonistas serían Hugh Jackman (si, el viejo y querido Wolverine) y la revelación adolescente del momento, Hanna Montana.... ehh... perdón, Miley Cyrus. Lo de "ribetes infantiles" va por mi cuenta, porque dada la diferencia de edades -Jackman pasa los 40 pirulos y la Cyrus a duras penas los 16- supongo que no se les ocurrirá plasmar una relación romántica que rozaría lo pedófilo, aunque cosas peores hemos visto.
La versión de 1992 fue dirigida por el británico Mike Jackson, bajo guión del veterano Lawrence Kasdan, y aunque tuvo una aceptable recepción de público pero no de crítica en su momento, lo cierto es que lo que planteaba (hombre-rudo-que-debe-proteger-a-estrella-de-malvado-asesino-lo-logra-fin) era una fórmula comercial absolutamente previsible, gastada y repetida de varias maneras en tantísimas producciones anteriores. Su mayor éxito fue el popularizar una de las mejores canciones de la Huston, "I will always love you", que se convirtió en uno de los temas romáticos más emblemáticos de la pasada década.

En fin. No se ustedes, pero yo no pierdo el sueño por verla.

domingo, 5 de julio de 2009

Se nos fue otro grande: Karl Malden

El día 1ero. de julio falleció Karl Malden.
Recordado por muchos -y me incluyo- por su papel del teniente Mike Stone en la no menos recordada serie televisiva "Las calles de San Francisco" a comienzos de los años 70 junto a un jóven y aún desconocido Michael Douglas, Malden fue actor de raza, representante de una generación de actores que, por leyes inexorables de la vida, nos está abandonado de a poco. Ganador del Oscar por "Un tranvía llamado Deseo" (1951) y del premio Emmy, ejerció también como presidente de la Academia de Hollywood entre los años 1989 y 1992. Una de sus últimas participaciones televisivas la dió en la famosa serie política "The West Wing" cuando ya contaba con 88 años de edad.
Tenía 97 años al momento de morir.
Hasta siempre Karl.

sábado, 4 de julio de 2009

"Max Payne" de John Moore

En el año 2001 el mercado de los videojuegos de acción se revolucionaba con el que se volvería uno de los más populares de aquel momento. Su título era "Max Payne", nombre del personaje protagonista, el cual debía encontrar a los asesinos de su esposa e hijo recorriendo para ello varias fases repletas de tiroteos y separadas cada una por secuencias cinemáticas en las que la voz en off del protagonista narraba sus pensamientos cargados de brutales deseos de venganza.

El éxito del juego y sus secuelas posteriores, llamaron la atención de los productores de Hollywood que, como siempre, intentando aprovecharse de ese mismo éxito iniciaron tratativas para trasladarlo a la pantalla grande. Vistos los resultados y después de tantos años de demora, la verdad es que se podrían haber guardado las tratativas y el dinero que invirtieron en ella, porque esta versión fílmica de "Max Payne" dudo que responda a los ruegos de nadie que la estuviese esperando.

Si bien es cierto que el argumento del videogame no resultaba para nada original -una historia típica y tópica de venganza- no es menos cierto que el de la película se las apañó para empeorarlo bastante. Para empezar y como dije antes, el juego era básicamente un producto de acción, pero por algún motivo el director John Moore y su guionista, Beau Thorne, optaron por convertir la primera hora de película casi completa en una aburrida cinta de investigación policial en la que Mark Wahlberg -muy poco creíble interpretando a Payne; no fue desacertada su nominación a los Razzie de este año- nos expone todo su repertorio de caras de tipo malo y vengativo mientras recorre todos los tugurios mafiosos de Nueva York buscando pistas.
En su periplo, nos presenta una cantidad de personajes, la mayoría de ellos inexistentes en el videojuego, de los cuales la mitad no tienen trascendencia alguna en la trama. Cabe mencionar, eso si, la enorme galería de intérpretes conocidos -la mayoría de ellos salidos del ambiente televisivo- que bordan con mayor o menor gracia sus papeles, pero, como en el caso de la hermosa Olga Kurylenko o el veterano Beau Bridges, resultan ciertamente desperdiciados.
Para colmo, cuando llega la hora de la acción y los tiroteos, nos encontramos con algo totalmente rutinario, plagado de ralentis y efectos "time bullets" -la famosa "bala en cámara lenta"- un efecto heredado del propio videojuego, que hoy por hoy y tras verlo en cantidad de películas de John Woo y en la saga "Matrix" no causa sorpresa alguna y cuyo uso casi constante termina causando hastío.
El desenlace del film, si bien es similar al del videojuego, es incomprensiblemente bastante menos espectacular y no termina de convencer del todo.

No me explico por qué motivo no se mantuvo la estructura original del guión del juego que, vuelvo a decirlo, no era nada del otro mundo, pero sin dudas que en una traslación directa al cine tendría mucho más sentido como entretenimiento que lo que Moore y Thorne terminaron plasmando.
Como quiera que sea y si no se exige demasiado, es posible que esta adaptación al fílmico de "Max Payne" resulte del agrado de cierto público, aunque decididamente, no creo que sea el mayoritario y mucho menos el que disfrutó al máximo jugando el videojuego.
Puntaje: 4/10

viernes, 3 de julio de 2009

"Matar a todos" (2008) de Esteban Schroeder

La historia reciente de América Latina, sobre todo en lo relacionado con los períodos dictatoriales que gobernaron en el Cono Sur del continente hasta la década de los ochenta y sus secuelas posteriores, sigue siendo una de las fuentes temáticas más abordadas por el cine de nuestros países. "Matar a todos" es una co-producción uruguayo-chileno-argentina que viene a sumarse a esta corriente que pretende funcionar como una denuncia sobre los efectos colaterales de las dictaduras militares y al mismo tiempo como un film de suspenso político.

La película del uruguayo Esteban Schroeder nos plantea los hechos relacionados con el llamado Caso Berríos, un científico chileno que trabajó en la fabricación de armas químicas para la dictadura militar de Augusto Pinochet y que a comienzos de la década del 90 fue mantenido preso y posteriormente asesinado en Uruguay. El encubrimiento en plena democracia por parte de la milicia uruguaya de los hechos, será el punto de partida del que la protagonista, Julia (Roxana Blanco) una ayudante de juez, comience una investigación sobre los mismos que terminará enfrentándola con las diversas instituciones que pretenden ocultar su relación con el crímen y hasta con su propia familia.

La combinación de elementos reales con el drama ficcional de la protagonista, será la herramienta mediante la cual Schroeder nos muestre los hechos que terminaron con la muerte del controvertido científico, segmento que ocupa la primera media hora de película y que resulta lo mejor de todo el relato. Pasado el mismo, comienza a plantearse la situación personal de Julia, sus problemas familiares y su enfrentamiento con su propio padre, un ex-militar uruguayo partícipe en la dictadura militar del país, segmento que comienza con cierta contundencia pero cuya tensión dramática e interés decaen rápidamente haciendo que los 40 minutos finales de película resulten ciertamente aburridos.
"Matar a todos" tiene la virtud de ser un producto que, visto exclusivamente desde el punto de vista de la denuncia en la que se basa, funciona correctamente y en ese sentido resulta bastante revelador al plasmar en imágenes los hechos reales tal como se supone que sucedieron y en los lugares reales en los cuales se desarrollaron, aunque al intentar combinar lo real con la ficción dramática pierde contundencia así como también bastante del interés que inicialmente genera.

A pesar de sus reconocimientos a nivel nacional y a los premios ganados en el exterior, no me parece lo mejor del cine uruguayo de los últimos años, y aunque reconozco que su media hora inicial vale la pena, no le basta para alcanzar un aceptable.

Puntaje: 4/10

miércoles, 1 de julio de 2009

Otra remake (y van...) "Un hombre lobo americano en Londres"

Siguiendo con esta carrera hollywodense en la que los estudios parecen competir por quien hace más y peores remakes innecesarias, nos topamos con la noticia que el clásicazo ochentero de terror de John Landis "Un hombre lobo americano en Londres" sería rehecho en poco tiempo.
Landis habría vendido los derechos de su obra a la Dimension Films productora especialista en el género del terror que se encargaría de su realización.

No hay nombres de protagonistas ni directores aún, pero si rumores sobre la misma. Uno de los primeros -y menos creíbles, al menos a mi modesto entender- sería el cambio de sexo de los protagonistas. Quienes recuerden el argumento de la película original de 1980, sabrán que la historia iba de dos muchachos estadounidenses -David Naughton y Griffin Dunne- que de turismo por la campiña inglesa, eran atacados por un hombre lobo el cual le transmite la maldición licantrópica a uno de ellos. Pues bien; en este caso y ateniéndonos al rumor, los dos chicos serían cambiados por dos chicas, lo que terminaría produciendo una mujer-lobo junto con una tan urgente como obvia modificación del título de la película.

No digo que un cambio como este no tenga su atractivo -que dependiendo de quienes interpreten a las dos desgraciadas protagonistas hasta puede resultar altamente erotizante- pero la verdad es que huele a un cambio demasiado forzado que puede alejar definitivamente al producto final del original en el que se basa, perdiendo así su sentido como remake (lo cual no sé si sería tan malo dentro de todo).
Más allá de rumores, conviene recordar que la magnífica película original convirtió a su director, John Landis, en una de las revelaciones del género por esa época, pero cuyo éxito no tuvo mucha continuidad debido al fracaso de sus películas posteriores. "Un hombre lobo americano en Londres" también marcó un antes y un después en el campo de los efectos especiales de maquillaje y hasta inauguró una nueva categoría en los premios de la Academia, el rubro de Mejor Maquillaje, gracias al magistral trabajo de Rick Baker.

También tuvo una tardía secuela a fines de los 90 titulada "Un hombre lobo americano en París", totalmente inconexa con la primera y en la que Landis no tuvo participación alguna, bastante inferior en calidad y repleta de hombres lobos infográficos que daban más gracia que miedo.
Esperemos que sea cual sea el sexo de sus protagonistas, este remakeado resulte mejor que la continuación de la original.