lunes, 18 de enero de 2010

"Sherlock Holmes" de Guy Ritchie

El siniestro Lord Blackwood es detenido tras cometer una serie de crímenes rituales por Sherlock Holmes y el doctor John Watson, investigadores particulares al servicio de la policía de Scotland Yard. Blackwood es condenado a muerte y ejecutado en la horca, pero su cadaver desaparece misteriosamente y hay quienes aseguran que ha vuelto a la vida con el único objeto de vengarse de la ciudad que lo condenó. El terror se apodera de Londres y solo la perspicacia de Holmes y su fiel amigo Watson pueden resolver un enigma de características tan sobrenaturales.

Debo admitir que aunque en mi infancia leí algunas de sus aventuras nunca fui fanático del personaje de Arthur C. Doyle, ni el de la obra literaria ni el de las numerosas versiones fílmicas inspiradas en ella. Quizás sea por ello que esta nueva versión dirigida por el ex-marido de Madonna no me haya parecido, como a muchos de sus fieles seguidores, una afrenta irrespetuosa a sus orígenes.
Esto último me resulta llamativo, porque este nuevo Holmes se parece mucho más de lo que su fanáticos seguidores quieren asumir al que Conan Doyle retrató en sus libros. En efecto; lejos de la imagen refinada, pulcra y exacerbadamente intelectual y meditativa que habitualmente el cine nos ha dado del personaje, interpretado en sus encarnaciones mas célebres por actores de la talla de Basil Rathbone o Peter Cushing, o en las menos por Roger Moore o hasta el mismísimo William Shatner, los nuevos Holmes y Watson de Guy Ritchie son, como en las diversas novelas, hombres tanto de acción como de palabras, sin demasiados reparos cuando la necesidad los obliga a ir a los golpes contra adversarios aún mas fuertes o numerosos que ellos, dotados de una gran habilidad para el combate cuerpo a cuerpo -ambos son expertos en diferentes disciplinas de defensa personal, cosa que también esta tomada de las novelas-, con un sentido de justicia que habitualmente saben fundir con su gusto por la aventura.

De esa forma Ritchie evade ágilmente toda la iconografía habitual relacionada con el personaje -la gorrita cazadora, su enorme pipa y hasta su recordado "Elemental mi querido Watson", elementos estos ajenos a la obra de Doyle e inventados en adaptaciones teatrales y cinematográficas posteriores- apuntando así a actualizar al mismo. ¿El resultado? Un film digno y divertido, con dosis de humor -casi siempre procedentes de las discusiones entre sus protagonistas centrales- metidas en una trama de misterio que no queda demasiado opacada por la acción mas allá de que tampoco sea algo demasiado original que se diga.
Robert Downey Jr. da todo de si a su Holmes, impostándole ticks mas propios de su persona que del personaje en cuestión, convirtiéndolo en un egocéntrico misógeno y solitario empedernido, poco higiénico y amante de las peleas callejeras que goza alardeando de sus brillantes dotes deductivas dando explicación a lo inexplicable por mas sobrenatural que ello parezca. Por su parte, Jude Law y su doctor Watson, si bien mas centrado y con un perfil más cercano al del típico caballero inglés, es un obesesionado por el método pero amante de la acción, incapaz de rechazar una buena pelea cuando esta se presenta, lo que lo deja muy lejos de la imagen habitualmente pasiva y regordeta que tan empecinadamente las obras posteriores a la muerte de Conan Doyle así como muchas películas nos han habitualmente presentado.

El resto del reparto cumple, destacándose Mark Strong como el malvado Lord Blackwood, una némesis casi perfecta de los protagonistas solo opacada por la imagen del malvado Dr. Moriarty, villano habitual en la obra original pero que aquí aparece entre bambalinas como un prometedor rival en una futura secuela. La preciosa Rachel McAdams por su parte, funciona a duras penas como una necesidad argumental momentánea, pero que con un poco mas de esmero bien podría haber sido totalmente eliminada del libreto y sustituida por algún personaje un poco mas interesante.
La reconstrucción de época es soberbia, presentándonos una imagen de Londres de fines del siglo XIX repleta de grises, sucia y amenazadora, muy lejana a la brillante imagen victoriana que tantos otros films de época han plasmado de ella, trabajo visual producto de una combinación ideal de decorados reales y vestuario con la ya habitual infografía digital.

"Sherlock Holmes" es , por lo tanto, un film que toma las facetas menos conocidas del personaje literario o, por lo menos, las que el cine habitualmente ha preferido evadir, siendo la combinación de las mismas con las clásicas e impostadamente icónicas el principal logro del trabajo de Ritchie. No digo que el film vaya a hacer historia -probablemente en un año nadie siquiera lo recuerde- pero su suma de elementos y la forma en la que están ensamblados para darle nueva vida a algo tantas veces visto es lo suficientemente encomiable como para que merezca la pena pagar una entrada y verla.

Puntaje: 6/10

3 comentarios:

  1. Hoy me dispongo a verla y luego la comento brevemente. Saludos

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  2. Original versión libre, no tiene la gran historia que sorprenda pero sí muchos méritos en otros aspectos técnicos e interpretativos como para lograr el 6/10

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  3. En “Sherlock Holmes” se ofrece una perspectiva distinta de los clásicos personajes, los cuales no sólo se mueven con circunspección dentro de los razonamientos lógicos, sino que aquí dan rienda suelta a su furia y su incorrección política. El resultado es una pícara y desenfrenada versión hollywoodense sobre un mito británico, en donde se deja mucho de lado lo cerebral para liberar lo bestial.

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