lunes, 20 de septiembre de 2010

"La caja mortal" (The Box, 2010) de Richard Kelly

1976. Arthur y Norma Lewis son un matrimonio común y corriente que recibe la visita de un misterioso hombre de rostro desfigurado que les hace un particular regalo junto con una no menos sigular propuesta; una caja de madera con un botón sobre ella el cual, si es pulsado por la pareja, los hará acreedores a un millón de dólares en efectivo. El problema es que una vez pulsado, alguien que no conocen morirá en algún lugar del planeta. La tentación por resolver sus vidas de una manera tan extrañamente sencilla hará que ambos empiecen a investigar en pos de resolver sus dudas. ¿Quien es ese enigmático hombre? ¿De que manera puede esa misteriosa caja matar a alguien en algún lugar solo por apretar un botón? ¿Podrán sus conciencias soportar el saber que alguien murió solo para que ellos tengan una vida mejor?

"La caja mortal" tiene su origen en el cuento corto "Button, button" que el magistral Richard Matheson, autor de "Soy leyenda", escribió en los años sesenta y que apareció publicado por primera vez en 1970 en la revista Playboy y luego en cantidad de recopilaciones de relatos cortos de ciencia ficción.

El director Richard Kelly intentó durante varios años llevar el mismo cuento al formato de largometraje, una labor bastante ardua si tenemos en cuenta que el mismo material literario había sido convertido en 1986 en un episodio televisivo para la nueva versión de "La Dimensión Desconocida" y que sus escasos veinte minutos de duración sobraban para desarrollar la historia, los personajes y la moraleja final del relato.

La primera media hora de "La caja mortal" se desarrolla de forma bastante similar a aquel capítulo televisivo; el planteamiento de las dudas y los miedos de la pareja protagónica ante la disyuntiva de aceptar o no pulsar el botón de esa caja con el premio de una sustanciosa recompensa económica por hacerlo, pero al precio de quitarle la vida a alguien en algún lugar del mundo.
Al igual que en el cuento, todas las valoraciones morales surgidas de esta situación resultan ser lo más interesante de la historia, pero Kelly se arriesga a ir mucho más allá proponiendo indagar en los orígenes de la misteriosa caja y del no menos misterioso hombre que la ofrece.El problema es que la revelación del misterio no resulta tan interesante como el misterio en sí y pasada esa primera etapa introductoria, el guión -adaptado por el mismo Kelly- se aventura a plantear cantidad de premisas y explicaciones, algunas de ellas realmente traídas de los pelos, que van desde la existencia de vida en Marte, pasando por puertas interdimensionales y conspiraciones gubernamentales, a planes de seres "superiores" interesados en poner a prueba a la especie humana por motivos nunca demasiado claros.

El resultado es un pastiche de ideas no muy buenas, que entrelazadas en una historia que se dispara en cantidad de direcciones empieza por aturdir al espectador y luego por aburrirlo.
Al igual que sucedía con aquel viejo episodio televisivo, el final del film es completamente distinto al del cuento original, pero mientras que en aquel el final resultaba, si bien no del todo redondo sí aceptable y satisfactorio, en "La caja mortal" resulta absolutamente todo lo contrario.

Da toda la impresión que Kelly no supo demasiado bien que hacer con el material original y ante la carencia de ideas optó por introducir muchos elementos de su propio interés, algunos de corte absolutamente transcendentalista muy semejantes a los que le vimos en su elogiada ópera prima "Donnie Darko" (2001) relacionados a la existencia de un destino y a nuestra capacidad de cambiarlo en base a nuestras acciones.

Si bien es cierto que el material de base no daba para un film de casi dos horas, es una pena que toda una historia que hasta los primeros 45 minutos se hacía medianamente interesante, se desbarranque hacia algo con tan poca fuerza y tan mal pergeniado dejando como lo más valioso del conjunto la buena ambientación en los años 70 y un par de actuaciones regularmente decentes, en especial la de un siempre prolijo Frank Langella, que transmite con su sola presencia una sensación perturbadora que debió ser mejor aprovechada por el relato. En cuanto a Cameron Díaz, bueno... es encomiable su actitud de querer cambiar los registros de su carrera tan marcados por la comedia y el romance hacia terrenos más dramáticos, pero debería empezar a cuidar en que papeles se mete. No es que esté mal, pero deja la sensación de no ser la mejor elección para el personaje que le tocó interpretar y que su nombre en el protagónico no parece tener otra función que la de vender mejor la película.

En suma, el resultado final de "La caja mortal" es el de un producto tremendamente pretensioso, que promete mucho más en su media hora inicial de lo que termina dando y que exige de los espectadores un nivel de compenetración y aceptación de sus planteos, muchos de ellos tan forzados como poco creíbles, que difícilmente la mayoría esté dispuesto a aceptar.

Puntaje: 4/10

miércoles, 15 de septiembre de 2010

"Enterrado vivo" (Buried alive, 2010) de Robert Kurtzman

Un grupo de estudiantes viaja a una casa en medio del desierto con la intención de encontrar un antiguo tesoro escondido allí hace décadas. Pero una vez en el lugar, comienzan a experimentar una serie de hechos extraños relacionados con una vieja leyenda local; el espíritu de una mujer enterrada viva por su marido en el sótano de esa misma casa que por razones sobrenaturales vuelve a la vida cada tanto en busca de venganza.

El director Robert Kurtzman tuvo su relativo momento de gloria en 1996 gracias a "Wishmaster: El amo de los deseos" un film de terror fantástico bastante entretenido y producido por el especialista en el género Wes Craven, que resultó un producto relativamente exitoso en su época a tal punto que tuvo tres secuelas, todas ellas de menor calidad que la original. Desde entonces, Kurtzman no ha vuelto a dirigir nada de una calidad medianamente aceptable hundiéndose en una serie de producciones de terror barato, la mayoría bastante mediocres y de edición directa al dvd. Dudo que "Enterrado vivo" lo ayude a salir de esa situación.

Es un producto que refrita media docena de ideas ya refritadas; adolescentes calenturientos metidos en una trama sobrenatural en medio de la nada, alejados de cualquier ayuda posible, que deben enfrentar una amenaza venida del más allá la cual a duras penas logran comprender.
Está bien... podrán decirme -y con razón- que hay docenas de películas de género con argumentos similares de buena calidad e inclusive muchas que hoy son consideradas clásicas, pero les aseguro que éste no es el caso.

El problema con el film de Kurtzman es que no solo falla en encarar el trillado tema de su película de una forma que sea medianamente interesante como para mantener un suspenso parejo y creciente, sino que además y para colmo, se demora demasiado en plantear la amenaza que deben enfrentar sus protagonistas. Tal es así, que recién veinte minutos antes del final la fantasmal aparición que busca venganza por haber sido enterrada viva, comienza a hacer lo suyo llevando a cabo una serie de asesinatos bastante sangrientos pero muy tardíos como para compensar casi una hora y pico de vacío argumental y de sustos facilones.
El desarrollo de la historia es excesivamente lento, algo imperdonable en cualquier producción de género que no llegue a la hora y media de duración. Para peor, la forma en la que Kurtzman plantea la leyenda sobrenatural carece de consistencia y hay momentos en que no tiene mayor sentido lo que se explica sobre ella con lo que está sucediendo. Así, se mezclan historias de fantasmas tradicionales con mitología india relacionada con talismanes para espantar espíritus, pero de una forma tan ramplona que todo termina sonando demasiado traído de los pelos.

Por lo menos el guión no se olvida de que se trata de una película de terror con adolescentes, por lo que no faltan las acostumbradas secuencias de desnudos femeninos para exclusivo beneplácito de la platea masculina, cosa que al menos amenizan en algo la monotonía de una hora de película en la que no sucede prácticamente nada.
También aparece por ahí un Tobin Bell bastante perdido, intentando lucrar con el terror lo más que puede aprovechando la popularidad que se ganó con su siniestro asesino Jigsaw en la saga "El juego del miedo".

"Enterrado vivo" podrá ser un producto de terror barato y pasatista, pero eso no lo excusa de ser muy pobre en todos los sentidos. Para pasar completamente por alto u olvidable al poco rato de verlo.

Puntaje: 3/10

domingo, 12 de septiembre de 2010

"Resident Evil 4: Resurrección" (Resident Evil: Afterlife 3D, 2010) de Paul W. S. Anderson

Alice (Milla Jovovich) tras tomar venganza de la corporación Umbrella destruyendo su cuartel general en Tokyo, vuela a Alaska en busca de Arcadia, la misteriosa población libre de la infección que ha convertido en muertos vivientes a la mayoría de la población del planeta. Pero una vez allí, descubre que ese lugar ha desaparecido, por lo que decide viajar a una destruida ciudad de Los Angeles en busca de sobrevivientes.

La saga cinematográfica "Resident Evil" comenzó allá por el año 2002 y se puede decir que en reglas generales y a pesar de tener muchísimos detractores, resultó una adaptación bastante decente del videojuego japonés en el que se basa. Su éxito sirvió para que desde entonces y aproximadamente cada dos años se estrene una nueva secuela.
En este año 2010 nos llega la cuarta entrega dirigida por Paul W. S. Anderson, director de la primera parte y guionista de las secuelas que le siguieron.

Ello no significa que "Resident Evil 4: Resurrección" sea mejor que las anteriores, de hecho es probablemente la mas floja de todas hasta ahora. Anderson nunca se ha caracterizado por la originalidad de sus películas, pero una cosa es no preocuparse y otra muy diferente es irse directamente al plagio de ideas, encuadres y estéticas a tal punto que por momentos parece que estamos viendo una nueva secuela de "Matrix". Y no es casual que mencione al film de los Wachowski, porque realmente hay secuencias enteras que parecen haber sido pensadas y creadas por ellos mismos.

Basta ver para comprobarlo el uso repetitivo del que hace Anderson del ralenti de cámara en las secuencias en las que la protagonista propina las ya acostumbradas palizas a zombis y soldados de la malvada corporación Umbrella o los efectos time-bullets tras cada disparo de sus armas, sin olvidar al villano principal, una mezcla mal disimulada entre Neo y Darth Vader.

Las variantes argumentales tampoco son nada del otro jueves y algunas brillan por su nula originalidad o por su falta de consistencia. Basten como ejemplos; la droga que el villano inyecta a Alice y que supuestamente anula todos sus poderes físicos y mentales, pero que aún así no le impide a la protagonista seguir dando y recibiendo golpes a los que ni un elefante podría sobrevivir o realizar proezas sobrehumanas, o la secuencia de los sobrevivientes atrapados en una prisión rodeada de muertos vivientes que los acechan para devorarlos, con algo más que reminescencias a "El amanecer de los muertos" de George Romero, o la "nueva" mutación de zombis de boca tenticular idénticos a los vampiros mutantes de "Blade 2" y que el argumento omite olímpicamente explicar de donde salieron. Tampoco ayuda mucho que tanto Alice como sus compañeros de combate parezcan por momentos héroes sobrehumanos, mucho más que en las otras entregas, invencibles ante cualquier enemigo que se les presente. Esa aparente invulnerabilidad le resta interés a los ojos de un espectador que termina acostumbrandose al hecho de que nada les pasará.

Parecería ser que Anderson ha asumido que toda la saga es un producto de consumo exclusivo para fanáticos y apoyándose en eso termina creando una secuela cuya única virtud es la de ser consecuente con los planteamientos más básicos de sus antecesoras. Tal vez sea por eso que esta cuarta entrega venga acompañada del reclamo de la tridimensionalidad, un recurso cada vez más utilizado por productos que a sabiendas de su falta de ideas y poca originalidad, se agarran de cualquier elemento ajeno a lo artístico para venderse mejor.

No voy a decir que la película es aburrida porque estaría mintiendo, pero ciertamente, es un producto que parece hecho exclusivamente para incondicionales que no tengan la más mínima intención de cuestionarse la cantidad de defectos que el mismo tiene. Hay acción a raudales y posiblemente sea la menos dialogada de toda la serie, pero aún así es la peor de una saga que parecía ya haber mostrado lo peor en la tercera entrega.
Y si nos guiamos por su final, que vuelve a ser totalmente abierto, presentando además lo que parece ser una nueva villana -hay que esperar que pasen los títulos de crédito para verla- y por el hecho de que ha recaudado casi 30 millones de dólares solo en su primer fin de semana en Estados Unidos, todo parece indicar que éste podría ser el comienzo de una nueva trilogía... y una nueva oportunidad para mejorar algo que, a estas alturas, parece imposible que pueda empeorar.

Puntaje: 5/10

miércoles, 1 de septiembre de 2010

"Nunca digas nunca jamás" (1983) - El regreso de Sean Connery a la saga Bond.

No fueron pocos los que en 1983 se sorprendieron al ver a Sean Connery nuevamente como el mítico agente James Bond, papel que había interpretado por última vez en 1971 en "Los diamantes son eternos" y al que a pesar de numerosos ofrecimientos siempre se había negado a volver.
La realidad era que para comienzos de los años 80 la carrera de Connery estaba en una relativa caída libre, por lo que el ofrecimiento del productor Kevin McClory para volver a interpretarlo en "Nunca digas nunca jamás" significó para el actor escocés un salvavidas. McClory no solo era el productor ejecutivo del film sino también el autor del guión, que es el mismo que escribió junto a Ian Fleming para "Operación trueno" la cuarta entrega de la saga Bond filmada en 1965 y que por una cantidad de problemas legales relacionados con su autoría, terminó en posesión de McClory lo que le permitió hacer usufructo del mismo recién 17 años después de forma independiente a la productora Eon de Albert R. Broccoli.

Ese es el motivo por el cual "Nunca digas nunca jamás" sea considerada junto a la primera versión de "Casino Royale" (1967), una producción no oficial dentro de la filmografía Bond y es por ello también que suele ser vista como una remake modernizada de "Operación trueno".


El tema central de ambas películas es obviamente el mismo.
La organización terrorista SPECTRE se apodera de dos armas nucleares robadas tras ser disparadas por un bombardero en pleno vuelo. Con ellas en su poder, la temible organización chantajea a las naciones del mundo a cumplir con sus multimillonarias demandas bajo amenaza de detonarlas y así empezar un conflicto nuclear. Bond, internado en un centro de recuperación tras fracasar en una misión, es encomendado por el gobierno británico a localizar las armas y detener a la organización criminal a la que tantas veces ha derrotado años antes.

Aunque hacer una remake de un film considerado clásico -para los 80 todos los films Bond de la era Connery ya tenían ese estatus- resulta casi siempre problemático, lo cierto es que "Operación trueno" era un film bastante irregular y mejorable en muchísimos aspectos. Su enorme cantidad de tiempos muertos y lo espaciado de sus escenas de acción la convirtieron en una de las mas flojas de la saga. Por ello, adaptarla con un enfoque más moderno y movido tenía su sentido y ese fue el objetivo de McClory que junto con el director Irvin Kershner le dieron un encare mas bien ochentero, aunque sin caer en las exageraciones paródicas del Bond interpretado por Roger Moore en esa misma época y sin que ello significara olvidar los orígenes del personaje los cuales hasta homenajea. Es por ello que no faltan aquí la típica persecución automovilística de cada capítulo de la saga, en este caso con un 007 demostrando sus habilidades montado en una motocicleta repleta de gadgets o las secuencias de acción en escenarios exóticos, como el enfrentamiento submarino cerca del final, fantásticamente fotografiado y uno de los puntos fuertes del guión. Tampoco faltan las alusiones referidas a la edad de un Bond algo más que maduro -en ese entonces Connery andaba en los 53 pirulos- y todo lo concerniente a su regreso y a las dudas sobre si mantendría intacta su efectividad a pesar de sus años.

El elenco elegido también fue uno de sus grandes aciertos. El villano, al igual que en "Operación trueno", es Maximillian Largo, líder de SPECTRA, interpretado por el austríaco Klaus María Brandauer que le dió al personaje un tono acertadamente menos refinado y más sicótico del que carecía el villano interpretado por Adolfo Celi en el original. En el apartado de las acostumbradas chicas Bond, la escultural Barbara Carrera, en un papel de asesina obsesionada con matar al agente doble cero, un poco recargado y demasiado caricatural pero aceptable, y una hermosísima Kim Basinger en el papel que la descubrió definitivamente tanto para el público como para Hollywood.
En su contra, "Nunca digas nunca jamás" cuenta con una de las partituras musicales más pobres y menos acordes jamás escuchadas en una película de 007. John Barry, autor de la clásica tonada del agente 007, no pudo ni prestarla ni componer una partitura nueva debido a las resctricciones legales impuestas por la Eon para ello. En su lugar, todo el acompañamiento musical quedó a cargo de Michael Legrand que realizó un trabajo demasiado ajeno al espíritu de la saga.
Su otro gran punto en contra es la recurrencia a un humor no muy inteligente para llenar tiempos muertos con secuencias demasiado descolocadas que poca y ninguna gracia producen, como la breve aparición de Rowan Atkinson -el futuro Mr. Bean- en una participación de comedia demasiado ridícula, o toda la patética pelea de Bond contra otro tipo en el centro médico. Está clara la intención de que este episodio no oficial de la saga mantuviera distancia de ella aunque intentase contínuamente homenajerla, por lo que es posible que tanto McClory como Kershner hayan querido aprovechar la oportunidad para darle su toque de distinción usando tonos de comedia más acentuados que en cualquier otro film de la serie. Para mi gusto es un error que le quitó puntos a la efectividad del producto, una falta que por fortuna queda compensada por los aciertos del resto del metraje.
En definitiva, como actualización del film de 1965 no hay dudas que "Nunca digas nunca jamás" resulta bastante superior en muchos aspectos. No es una película perfecta ni tampoco memorable, pero cumple como entretenimiento en forma correcta.

Puntaje: 6/10

Sean Connery abandona la actuación.

Pues si. No es la primera vez que lo dice en los últimos 20 años, pero esta vez parece que va en serio.
El veterano actor escocés Sean Connery ha anunciado oficialmente que deja la escena tras más de 50 años de carrera actoral y 70 películas en su haber. Asociado para siempre con el personaje que mas fama le dió, el agente británico James Bond, al cual encarnó entre 1962 y 1971 sin mencionar la película no oficial de la saga "Nunca digas nunca jamás" (1983), Connery logró salvar el difícil escollo del encasillamiento al que se debió enfrentar tras abandonar la serie del espía mas famoso del mundo.
En efecto. Los años 70 no fueron particularmente buenos para el actor que a excepción de "El hombre que pudo reinar" (1975) de John Huston se embarcó en una larga tanda de películas que, más allá de valoraciones artísticas, resultaron sendos fracasos en taquilla y golpearon seriamente su imagen de intérprete.

No fue si no hasta bien iniciados los años 80 que pudo volver a brillar como la gran estrella que es en películas como "Highlander" (1985), "El nombre de la rosa" (1986) y especialmente en "Los intocables" (1987) por cuya interpretación recibió un merecidísimo premio de la Academia como actor secundario. La década de los 90 hizo brillar aún mas su estrella gracias a papeles como el del capitán ruso Marko Ramius en "La caza del Octubre Rojo" (1990) o su impresionante performance en la apasionante "La roca" (1996) de Michael Bay.
Connery ha negado estar preparando una autobiografía donde recopile sus memorias como actor, aunque ha reconocido que hace unos años lo intentó pero abandonó el proyecto por que, según sus propias palabras, le "producía pesadillas recordar todo eso".

Connery es y será uno de los mejores y mas completos actores de la historia del cine, y si un día decide volver mas de uno se lo agradeceremos.
Salud Sean!