lunes, 27 de diciembre de 2010

"Relámpago Azul" (Blue Thunder,1983) de John Badham

A comienzos de la década de 1980, el director John Badham vivía una racha de éxito. Sus películas de aquel entonces, sin ser en absoluto obras maestras, tenían un gran atractivo para el público en general por lo que resultaban bastante efectivas en taquillas. Posiblemente parte de esa rentabilidad se debiera a que sus films aunaban con bastante habilidad el concepto de cine-entretenimiento con algún mensaje o contenido referido a las realidades políticas y tecnológicas del momento. Ejemplos de ello fueron "Juegos de guerra" (Wargames, 1983) y "Cortocircuito" (Shortcircuit, 1985) dos películas que reflejaban su interés por los temas referidos a la aplicación de las innovaciones tecnologicas con propósitos militares.

Sin embargo entre esos dos títulos Badham dirigió "Relámpago Azul" film que al igual que los ya mencionados introducía elementos hi-tech de la época pero combinandolos con una trama policial que, si bien no era de lo más original, resultaba lo suficientemente atractiva como para enganchar al espectador.

En "Relámpago Azul" el gran Roy Scheider encarnaba al piloto de helicóptero de la policía Frank Murphy, que investigando la muerte de una conocida personalidad de la justicia de Los Ángeles descubre una conspiración política para obligar al gobierno a utilizar tecnología bélica en el combate contra el crimen en grandes ciudades. La clave de esa conspiración es el Relámpago Azul, un poderoso helicóptero blindado armado con un cañón ametrallador giratorio de alto poder, visión nocturna infrarroja, micrófonos capaces de escuchar conversaciones a kilómetros de distancia y toda una gama de gadgets enormemente avanzados para su época. Cuando Murphy descubre que los conspiradores planean utilizar el helicóptero con fines corruptos, decide robarlo para ganar tiempo y poder llevar ante la justicia las pruebas de su investigación. Pronto se ve perseguido tanto por sus propios compañeros de la policía así como por los mismos conspiradores.
Ni Badham ni el guionista Dan O´Bannon, recordado por su labor en el script original de "Alien: El octavo pasajero"(1979), tuvieron demasiados reparos en anotarse en la corriente de vehículos de alta tecnológica que en aquellos años comenzaban a invadir las pantallas gracias al éxito de películas como "Firefox" (1982) y series televisivas como "El auto fantástico" (Knight rider, 1983). Sin embargo, "Blue Thunder" resultó ser uno de los productos más serios y mejor encarados de su época. No hay excesos ni fantasías tales como computadoras parlanchinas ni armas activadas con la mente, respetando así ciertos márgenes de credibilidad ya establecidos al comienzo del film por un aviso en pantalla que explica que toda la tecnología que se ve a lo largo del relato ya estaba totalmente disponible en la época, cosa que es cierta. Uno de los puntos fuertes de "Relámpago Azul" además de sus estupendas secuencias de acción aérea, radica en que a pesar de ser la máquina bélica del título la verdadera protagonista, la trama no se resiente en los momentos en que el arrasador helicóptero no aparece. De hecho recién hace su aparición a la mitad del relato, pero para ese entonces la trama ya tiene el suficiente gancho para mantener prendido a cualquier aficionado el cine de acción. Todo un mérito para la labor de Badham como director, que supo mantener el ritmo del relato a pesar de que el guión de O´Bannon no sea de los más originales ni inspirados que le haya tocado escribir y al impactante duelo actoral entre Scheider y el villano de la historia, el casi siempre sobrio Malcom McDowell, que sube muchos enteros el valor del film.
Curiosamente, a pesar de que "Blue Thunder" estuvo siempre concebido como un film de acción, originalmente tenía bastante menos de la que se terminó viendo en pantalla. El primer guión escrito por el veterano Don Jakoby dedicaba buena parte de su tiempo a establecer una denuncia política claramente antimilitarista dirigida a la administración del presidente Ronald Reagan, quien por ese entonces sostenía la necesidad de un desarrollo exhaustivo de la tecnología militar que mantuviera a los Estados Unidos punteros en la carrera armamentista con la Unión Soviética. Los productores de la película no estuvieron muy de acuerdo con ese punto de vista al que consideraron demasiado reaccionario, por lo que le encargaron a O´Bannon que reescribiera buena parte de lo hecho por Jakoby. El resultado, sin ser algo exageradamente original, fue un argumento que equilibra cierto enfoque crítico sobre algunas políticas norteamericanas de la época referidas a la seguridad pública con la acción más vertiginosa, acción que ocupa casi totalmente la hora final de película. En éste último aspecto merece una mención especial la batalla final sobre la ciudad de Los Ángeles, una cacería aérea entre helicópteros trepidante e impecablemente filmada. Hoy en día y gracias a los consabidos efectos digitales mediante, escenas de acción de este tipo no serían demasiado difíciles de igualar. Pero estamos hablando de un producto filmado a comienzos de la década de 1980 y cualquier secuencia de ese tipo requería de un enorme trabajo de maquetería así como de filmación de acción real, lo que hace que sea todo un logro para su momento y un verdadero gozo de visionar casi treinta años después de realizada.

"Relámpago Azul" es un film altamente recomendable para cualquiera que disfrute del buen cine de acción. Es uno de esos productos que marcaron época, un claro exponente de ese cine ochentero que fue un patrón a seguir dentro de su género. Su éxito propició la producción de un serie televisiva de muy corta duración -apenas 11 episodios- protagonizada por James Farentino en la que el poderoso helicóptero combatía a algún enemigo aéreo nuevo al final de cada capítulo. Aún así resultó un producto demasiado rutinario, carente del atractivo que el film original tenía.

Puntaje: 7/10

miércoles, 22 de diciembre de 2010

"El último Maestro del Aire" (The last airbender, 2010) de M.Night Shyamalan

En un mundo dividido en cuatro grandes naciones que se disputan el control, una pareja de hermanos encuentra en medio del hielo a un chico que ha permanecido congelado durante un siglo. El mismo resulta ser el avatar Aang, el único ser con el poder de comunicarse con el mundo de los espíritus, controlar los cuatro elementos y capaz de mantener el equilibrio del poder en el planeta. Al saber de su reaparición, la poderosa Nación del Fuego se propone capturarlo para controlar de forma definitiva al resto de las naciones.

Admito que no conozco mucho de "Avatar: La leyenda de Aang", la serie animada de Nickelodeon en la cual se basa "El último Maestro del Aire" por lo que me es imposible evaluar aquí el contenido de la película en función de la mucha o poca fidelidad que pueda tener con el producto televisivo. De hecho, es probable que el no saber mucho de la temática de la serie haya incidido, al menos en mi caso, en que tuviera una visión bastante imparcial del film de Shyamalan y que por ello que no me pareciera tan malo como a muchos -sobre todo a fanáticos del dibujo animado- al punto de mandarlo a la quema sin muchos miramientos.
Ciertamente, no es una película memorable en ningún sentido, pero no me pareció un film detestable ni que merezca el repudio que ha recibido de la crítica y del público en general. Su principal defecto, a mi modo de ver, es que como suele suceder con casi toda adaptación de un seriado televisivo al formato cinematográfico sus esfuerzos por condensar en dos horas lo que cualquier serie tarda meses en plasmar son insuficientes. Si bien al comienzo un título nos avisa que éste es el primer capítulo de lo que será una saga de películas, lo que hace que uno ya de por sentado que muchas ideas serán mejor desarrolladas a lo largo de los capítulos venideros, no sirve de excusa para que todo resulte tan esquemático y con tan poco esmero en el desarrollo de las ideas principales de la trama quedándose en lo más básico de lo que debió ser en aras de economizar tiempo de metraje.

Esto es particularmente visible a la hora de definir a los personajes centrales -sobre todo la pareja de hermanos y el mismo Aang (Noah Ringer)- que parecen escritos a las apuradas; sus decisiones y sus diálogos son de una simpleza que bordean lo infantil. Hay poca o nula introspección en los sentimientos y conflictos internos de Aang al saberse un ser tan poderoso sobre quien recae una responsabilidad tan grande como es la de utilizar sus poderes para mantener el equilibrio entre las naciones, detalle que según tengo entendido es piedra angular del seriado televisivo.
Lo mismo sucede a la hora de encarar a los villanos -los miembros de la Nación del Fuego- que resultan soberanamente arquetípicos. Sus maléficas motivaciones de dominación mundial son tan explícitamente básicas que no es para nada difícil emparentarlos con los villanos más infantiles de las películas de Disney. El guión dedica algunas secuencias a exponer algunas rivalidades personales entre ellos -el enfrentamiento del príncipe con su codicioso tío, el desprecio de su padre ante su fracaso en batalla, etc.- intentando establecer un tejido dramático que le dé algo más de dimensión de la que tienen, pero no se toma siquiera un minuto en explicar de que manera atrapar al avatar les ayudará a controlar al resto de las naciones.
Toda esta exagerada economía de la que hace abuso el guión de Shyamalan al desarrollar a sus personajes es a duras penas compensada por las secuencias de acción, que si bien resultan numerosas y en general bastante estéticas, no son nada del otro jueves. La más llamativa a mi gusto es la batalla final, que me resultó bastante espectacular mostrando de buena manera la maquinaria de guerra de la Nación del Fuego en acción en un alarde de efectos CGI destacable. De todas formas, llega tarde como para colmar todas las expectativas generadas por el resto de la trama.

Hay demasiados tiempos muertos y diálogos inútiles así como contenidos metafísicos incongruentes o mal explicados -lo de la muerte del pez que forma el "Yin Yang" y su devastador resultado, por ejemplo, que tal como está propuesto resulta algo ridículo- que hacen que la trama vaya perdiendo interés y fuerza al punto de desear que pase rápido o que llegue pronto la próxima secuencia de acción que revitalice un poco la cosa.

Aún así, con mas defectos que virtudes, debo insisitir en que no me pareció un desastre total. Me esperaba algo mucho peor. Sigue siendo una lástima que Shyamalan no levante la puntería con lo que elige llevar a la pantalla. Con "El último Maestro del Aire" parece haberse querido anotar en ésta desgastante moda hollywoodense de hacer sagas épicas de varias películas de duración. No sé si el relativo fracaso en taquillas de ésta primera entrega de la serie afecte negativamente su intención de seguir adelante con la misma, pero es indudable que tendrá que hacer un mucho mejor trabajo en la siguiente entrega si pretende vivir de ella los próximos años.

"La dama del agua" (2007), aquel soporífero cuento infantil escrito y dirigido también por Shyamalan que resultó un verdadero -y merecido- fracaso, representó un quiebre y un paso atrás en su carrera que hizo que más de uno nos preguntáramos a donde había ido a parar la calidad de sus primeras películas. "The last Airbender" me parece un producto bastante más potable que "La dama del agua" pero aún así está muy lejos de lo mejor que le hemos visto como guionista y director.

Puntaje: 4/10