miércoles, 22 de diciembre de 2010

"El último Maestro del Aire" (The last airbender, 2010) de M.Night Shyamalan

En un mundo dividido en cuatro grandes naciones que se disputan el control, una pareja de hermanos encuentra en medio del hielo a un chico que ha permanecido congelado durante un siglo. El mismo resulta ser el avatar Aang, el único ser con el poder de comunicarse con el mundo de los espíritus, controlar los cuatro elementos y capaz de mantener el equilibrio del poder en el planeta. Al saber de su reaparición, la poderosa Nación del Fuego se propone capturarlo para controlar de forma definitiva al resto de las naciones.

Admito que no conozco mucho de "Avatar: La leyenda de Aang", la serie animada de Nickelodeon en la cual se basa "El último Maestro del Aire" por lo que me es imposible evaluar aquí el contenido de la película en función de la mucha o poca fidelidad que pueda tener con el producto televisivo. De hecho, es probable que el no saber mucho de la temática de la serie haya incidido, al menos en mi caso, en que tuviera una visión bastante imparcial del film de Shyamalan y que por ello que no me pareciera tan malo como a muchos -sobre todo a fanáticos del dibujo animado- al punto de mandarlo a la quema sin muchos miramientos.
Ciertamente, no es una película memorable en ningún sentido, pero no me pareció un film detestable ni que merezca el repudio que ha recibido de la crítica y del público en general. Su principal defecto, a mi modo de ver, es que como suele suceder con casi toda adaptación de un seriado televisivo al formato cinematográfico sus esfuerzos por condensar en dos horas lo que cualquier serie tarda meses en plasmar son insuficientes. Si bien al comienzo un título nos avisa que éste es el primer capítulo de lo que será una saga de películas, lo que hace que uno ya de por sentado que muchas ideas serán mejor desarrolladas a lo largo de los capítulos venideros, no sirve de excusa para que todo resulte tan esquemático y con tan poco esmero en el desarrollo de las ideas principales de la trama quedándose en lo más básico de lo que debió ser en aras de economizar tiempo de metraje.

Esto es particularmente visible a la hora de definir a los personajes centrales -sobre todo la pareja de hermanos y el mismo Aang (Noah Ringer)- que parecen escritos a las apuradas; sus decisiones y sus diálogos son de una simpleza que bordean lo infantil. Hay poca o nula introspección en los sentimientos y conflictos internos de Aang al saberse un ser tan poderoso sobre quien recae una responsabilidad tan grande como es la de utilizar sus poderes para mantener el equilibrio entre las naciones, detalle que según tengo entendido es piedra angular del seriado televisivo.
Lo mismo sucede a la hora de encarar a los villanos -los miembros de la Nación del Fuego- que resultan soberanamente arquetípicos. Sus maléficas motivaciones de dominación mundial son tan explícitamente básicas que no es para nada difícil emparentarlos con los villanos más infantiles de las películas de Disney. El guión dedica algunas secuencias a exponer algunas rivalidades personales entre ellos -el enfrentamiento del príncipe con su codicioso tío, el desprecio de su padre ante su fracaso en batalla, etc.- intentando establecer un tejido dramático que le dé algo más de dimensión de la que tienen, pero no se toma siquiera un minuto en explicar de que manera atrapar al avatar les ayudará a controlar al resto de las naciones.
Toda esta exagerada economía de la que hace abuso el guión de Shyamalan al desarrollar a sus personajes es a duras penas compensada por las secuencias de acción, que si bien resultan numerosas y en general bastante estéticas, no son nada del otro jueves. La más llamativa a mi gusto es la batalla final, que me resultó bastante espectacular mostrando de buena manera la maquinaria de guerra de la Nación del Fuego en acción en un alarde de efectos CGI destacable. De todas formas, llega tarde como para colmar todas las expectativas generadas por el resto de la trama.

Hay demasiados tiempos muertos y diálogos inútiles así como contenidos metafísicos incongruentes o mal explicados -lo de la muerte del pez que forma el "Yin Yang" y su devastador resultado, por ejemplo, que tal como está propuesto resulta algo ridículo- que hacen que la trama vaya perdiendo interés y fuerza al punto de desear que pase rápido o que llegue pronto la próxima secuencia de acción que revitalice un poco la cosa.

Aún así, con mas defectos que virtudes, debo insisitir en que no me pareció un desastre total. Me esperaba algo mucho peor. Sigue siendo una lástima que Shyamalan no levante la puntería con lo que elige llevar a la pantalla. Con "El último Maestro del Aire" parece haberse querido anotar en ésta desgastante moda hollywoodense de hacer sagas épicas de varias películas de duración. No sé si el relativo fracaso en taquillas de ésta primera entrega de la serie afecte negativamente su intención de seguir adelante con la misma, pero es indudable que tendrá que hacer un mucho mejor trabajo en la siguiente entrega si pretende vivir de ella los próximos años.

"La dama del agua" (2007), aquel soporífero cuento infantil escrito y dirigido también por Shyamalan que resultó un verdadero -y merecido- fracaso, representó un quiebre y un paso atrás en su carrera que hizo que más de uno nos preguntáramos a donde había ido a parar la calidad de sus primeras películas. "The last Airbender" me parece un producto bastante más potable que "La dama del agua" pero aún así está muy lejos de lo mejor que le hemos visto como guionista y director.

Puntaje: 4/10

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