sábado, 16 de abril de 2011

"Stargate: Puerta a las estrellas" (1994) de Roland Emmerich

El arqueólogo Samuel Jackson (James Spader) es reclutado por el ejército estadounidense para descifrar unos misteriosos símbolos inscriptos en un extraño artefacto de miles de años de antigüedad. Al descifrarlos activa el artefacto, que resulta ser un portal diseñado por extraterrestres que permite el viaje instantáneo a lugares distantes del universo. Para investigar su procedencia, Jackson se une a un grupo de comandos liderados por el coronel Jack O´Neil (Kurt Russell) y juntos son enviados a un planeta distante fuera de nuestra galaxia, un mundo regido por un cruel ser alienigena y su séquito de guerreros que mantienen esclava a su población.

"Stargate" fue el segundo film del alemán Roland Emmerich en Hollywood tras la exitosa "Soldado universal" (1992). Originalmente pensada para ser la primera entrega de una nueva saga de ciencia ficción -una tendencia que cobraría fuerza particularmente en este género en los años siguientes- "Stargate" fue la confirmación de Emmerich como un nuevo valor dentro del cine fantástico, algo de lo que ya había dado señas en su país de origen con títulos como "Joey" (1988) o "Moon 44" (1991). Aunque tanto Emmerich como su habitual socio, el productor Dean Devlin, abandonaron el proyecto original de crear una trilogía, la buena aceptación por parte del público del film hizo que la idea base sirviera para la realización de una serie de televisión unos años más tarde.
La historia de "Stargate" en sí misma no pasa de ser una aventura típica de matineé que combina elementos de varias fuentes; las teorías de Von Daniken sobre la visita de alienigenas al antiguo Egipto con algo de aventuras en la onda de producciones como "Las minas del rey Salomón" o similares. El producto resultante es digno y funciona bien durante la mayor parte de su metraje, lo que no significa que algunas cosas pudieron y debieron mejorarse. Para empezar, la desacertada elección de casting que representa Jaye Davidson interpretando al villano extraterrestre de la historia. Davidson había tenido cierta repercusión mediática en su momento al interpretar el papel de la travesti Sil en la muy valorable "El juego de las lágrimas" (1992). Aunque cabe suponer que esa repercusión fue la motivante para que Emmerich lo eligiera para ese papel, lo cierto es que uno al verlo no puede dejar de pensar que había mucho mejores opciones para interpretarlo. Davidson jamás está a la altura de la amenaza que su papel debería representar. Sencillamente luce demasiado amanerado, falto de fuerza y poco creíble. Tampoco la forma e ideas de la historia son algo brillante o novedoso, mucho menos para el aficionado promedio a la ciencia ficción. Emmerich nunca ha sido un director demasiado interesado en realizar cine innovador más allá de las cuestiones meramente técnicas, sino que más bien se ha especializado en modernizar ideas antiguas reciclándolas, como hizo con las invasiones espaciales de los años 50 en "Dia de la Independencia" (1996) o con el cine catástrofe de los años 70 en "El día después de mañana" y "2012". Se puede decir que "Stargate" es su forma de actualizar el tema de los viajes espaciales y los encuentros con culturas galácticas, algo así como su Star Trek particular por decirlo de alguna manera.

Aún así deja la sensación de que toda la historia daba para mucho más, que las secuencias de acción debieron ser más numerosas y más trabajadas, que los enemigos a enfrentar -un puñado de tipos disfrazados de deides egipcias armados con pistolas de rayos- debieron tener mayor porte como tales y que, de paso, se pudo haber disminuido un poco el tufillo patriotero de algunos segmentos -cosas como la admiración de los niños alienigenas hacia el soldado interpretado por Russell y a toda la parafernalia militar, incluida una veña en el final, por ejemplo-.

Como puntos fuertes hay que mencionar la buena factura de sus efectos especiales, algo que no resulta nada raro viniendo de un producto de Roland Emmerich, y la excelente partitura compuesta por David Arnold que le da mucho mayor contundencia a la historia de la que realmente tiene.


"Stargate" no es un film aburrido pero si rutinario. Su buena factura técnica general y algunos pasajes puntuales, en especial toda la parte inicial dedicada al descubrimiento de la puerta así como las secuencias de acción finales, la convierten en un entretenimiento cuando menos llevadero.
La serie televisiva a la que daría origen en 1997 (Stargate: SG1) tomaría muchas de las ideas originalmente pensadas para las secuelas cinematográficas y mejoraría exponencialmente la idea madre del film de Emmerich convirtiéndose en un producto notoriamente superior.


Puntaje: 6/10